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PPPP: Presentación Patética del Partido Popular

Abonico | 12 de abril de 2015

Vergüenza ajena me ha dado, seguramente porque tengo, ver diez minutos escasos de la intervención que Fernando López Miras, coordinador Territorial del PP en la Región de Murcia, al que no conozco ni falta que me hace, hizo en el acto de presentación del candidato del PP a la Alcadía de Águilas. Ese acto al que, en justa correspondencia a las ubres democráticas que los amamantaron, prohibieron su trabajo a Kalika Films. Patética decisión para un acto patético.
 
Si rubor alguno, y sin darle vergüenza, se vanagloriaba el individuo diciendo que se ha reducido el paro. Y lo venía a decir en el único pueblo que, junto con Ulea, ha visto aumentado el número de parados. Tampoco dijo si la inmensa mayoría de contratos en otros lugares son con salarios de 400 euros, unas veces porque es a media jornada y otras porque es a jornada completa pero a medio salario.
 
Y añadió, también sin ponerse colorao ni darle vergüenza, que han sacado al país de la crisis. Este individuo no ha experimentado la visita a uno, dos, cinco, diez empresarios pidiéndoles trabajo y recibiendo como respuesta que la cosa está muy mal. Y al decirles que si es que no es verdad que está mejorando, como dice el gobierno, te responden que eso es lo que dicen pero que la realidad es otra. ¿Quién miente?
 
Más perlas. Dijo el personaje que ellos no han cambiado, y en eso tiene razón. Son los mismos que eran, los mismos que prometieron lo que después no cumplieron. Y añade que las medidas que tomaron, muy dolorosas para quienes las sufrieron, que no para ellos, fue para que no vinieran desde Bruselas a imponerlas. Vamos, que les ahorraron el viaje, que ya estaban aquí ellos para recortar lo que hiciera falta: en Sanidad, haciendo kilométricas en el tiempo las listas de espera, o en Educación, reduciendo profesores y amontonando críos en las aulas. O retrasando hasta su congelación las ayudas a la dependencia. Y añade que son ellos los que apuestan por una educación de calidad, pero sin decir que se refería a la educación privada, que para eso no reparan en ayudarla dejando de lado a la pública.
 
Y al igual que Fraga dijo aquello de “la calle es mía”, este individuo no se corta un pelo en asegurar que el futuro de este país es cosa de ellos o este país no tiene futuro. Y con el mismo mensaje de Rajoy, que para eso lo han repartido como consigna, roció el ambiente con miedo ese espray advirtiendo de que si el PP no logra una mayoría suficiente, el gobierno de pueblos y comunidades recaerá en el tripartito. Otra vez la amenaza del frentepopulismo. “Solo decirlo da miedo”, dijo. Y a quienes da miedo es, por una parte, a ellos, que pueden verse apartados por una mayoría de izquierdas y sin poder recibir el apoyo de quienes, también en la derecha, para tener credibilidad deben exigir aquí, para prestar su colaboración, lo mismo que en otras comunidades. Y por otra parte, lo que de verdad da miedo es que sean ellos, el PP, quienes sigan teniendo la llave de todas las políticas. Por ejemplo, y después de haber apuntado ya a la sanidad, la educación o la dependencia, de la reforma laboral, que ha facilitado el despido sin más y se están reproduciendo prácticas del pasado muy pasado para evitar que te echen. Esto sí que da asco y vergüenza.
 
Y a propósito de esto último, se permitió llamar jetas y sinvergüenzas (estas lindezas no suelen utilizarse ni siquiera en campaña electoral) a los componentes de otro partido basándose en que todos sus líderes tienen pasado. Pasado tenemos todos, pero como se le adivinan las ideas, tampoco en el PP se libran de su pasado, un pasado que si sobre el partido al que acababa de atacar decía que tenía reminiscencias de dictaduras sudamericanas, ellos, el PP, tienen esas reminiscencias en una dictadura más cercana, española: el franquismo, época en la que algunos de los prohombres del Partido Popular dicen que se vivía muy bien. Sin comentarios.
 
Ya casi al final, después de hacer un gran esfuerzo para tragarme esos ocho o diez minutos, casi se despide el ínclito aspirante a todo lo que se le ponga por delante diciendo, otra vez sin rubor ni sonrojo, que le repugnan los cargos públicos que van a por sus intereses en vez de a por los generales. Y eso lo dice aquí, en Murcia, donde tienen desde quienes ya han dormido entre rejas hasta imputados de todo tipo y condición que, atentos, siguen yendo en las listas para las próximas elecciones.
 
Y todo ello, porque no he soportado más, sin ruborizarse, sin sonrojarse, sin darle vergüenza, sin ponerse colorao (tiene futuro en su partido). En resumen, un acto simplemente patético.
 
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